Muffins de yogur y piña


¡Vamos con otra de muffins! De hecho, otra de muffins de fruta, pero vamos a variar un poco. Hoy toca muffins de piña rellenos de crema de yogur. Saben a verano: la ligera acidez y frescura de la piña con el yogur... verano.





Como siempre, otra receta muy fácil de hacer y con un resultado más que estupendo. Son ligeros, frescos, no empalagan... y entran a cualquier hora, de hecho los he estado comiendo para desayunar, de postre, para merendar... sólo me ha faltado levantarme en mitad de la noche para comerme otro (lo sé, tengo un problema).


Si estáis un poco vagos no tenéis ni por qué rellenarlos, pero el contraste entre la piña y el yogur es espectacular, siempre que no te pases con el azúcar del yogur, claro, pues es como el helado del brownie, que aunque el brownie sólo está delicioso, el helado siempre ayuda a comer más; pues el yogur hace algo parecido.

Bueno, ¡al tema, que lo que interesa es la receta!

Ingredientes (para 10 muffins):


Para el muffin de piña:

- 100 ml de aceite de girasol

- 2 huevos L

- 350 gr de harina

- 180 gr de azúcar

- 250 ml de yogur griego sin azúcar

- 250 gr de piña (natural o en almíbar)

- 2 cucharaditas de levadura (pequeñas)

- Una pizca de sal

ingredientes muffins de piña


Para el relleno:

- 1 yogur griego sin azúcar

- 1 cucharadita de azúcar avainillado

- 3 cucharaditas de azúcar glass


Elaboración:


Para hacer los muffins:
Batimos los huevos con el azúcar y la pizca de sal hasta tener una mezcla espumosa. Después añadimos el aceite, batimos, luego el yogur y volvemos a batir.


Tamizamos la harina y la levadura y las incorporamos realizando movimientos envolventes con la ayuda de una espátula. Por último agregamos la piña cortada en daditos pequeños y mezclamos para repartirla de forma homogénea.

Llenamos con la masa de los muffins las moldes hasta las 3/4 partes (o casi hasta arriba si usáis los moldes especiales para muffins de papel) y los horneamos a 190ºC durante 22-24 minutos, o hasta que hayan crecido bien y estén algo doraditos.


Los sacamos del horno y dejamos que se enfríen sobre una rejilla.

Para hacer el relleno:
Batimos bien el yogur a temperatura ambiente con el azúcar glass y el avainillado.

Para montar los muffins:
Hacemos un agujero casi hasta el fondo en el centro de cada muffin, ya fríos, con la ayuda de un descorazonador y reservamos las "tapas". 


Entonces los rellenamos con el yogur y los volvemos a cubrir con la parte de arriba de las "tapas" reservadas (ya, yo tampoco aguanto y me como siempre lo que sobra, que, ojo, no es poco si has hecho una docena de muffins) y ¡listo!


Pequeños consejos:


Lo primero es que por lo general, los trozos de fruta suelen acabar flotando en la masa o hundiéndose, y con la piña ocurre esto último. Para evitarlo hay que enharinar un poco la fruta.


Lo que yo suelo hacer es mezclar casi toda la harina con la masa, entonces, tamizo un poco más, echo los trozos de piña y por último lo que queda de la harina (debe ser poco), y mezclo hasta que queda bien repartida. Así evitamos también que se cree una gruesa costra de harina cruda sobre los trozos de fruta en los muffins una vez horneados.

Lo segundo es que como bien sabéis (pero por si acaso lo recuerdo), tanto la temperatura del horno como el tiempo de horneado son orientativos, pues dependen en gran medida del horno y de la cantidad a hornear, así que ¡a vigilar de vez en cuando!


Y es muy importante que no los manipuléis estando calientes, pues se os pueden desmoronar por completo e incluso llegar a  bajarse.

Por último, debéis tener en cuenta que al tener yogur, como mucho deberéis tenerlos un día fuera del frigorífico, pasado ese tiempo lo mejor es que los refrigeréis. E incluso si ya sabéis que no se van a comer el mismo día, hacedlo directamente.


Al gusto:


Podéis utilizar esta misma receta con un montón de frutas, pero hay que tener en cuenta que dependiendo de la cantidad de agua que suelten las frutas debe añadirse o quitarse harina. En este caso hay que utilizar bastante, pues la piña es en su mayor parte agua (y más aún si es de lata por lo general), pero si los hicieseis de plátano tendríais que usar bastante menos, de modo que la masa no quede excesivamente densa y pueda fluir, no con facilidad pero que al menos fluya algo.


Para el relleno también podríais usar yogures de sabores, pero me decantaría por el más tradicional, el de limón o cómo no, el de piña. Los demás... sería una mezcla de sabores un tanto extraña.


Catástrofe de hoy:


Iba a decorarlos con un poco de azúcar mezclado con agua, igual que se hace con el roscón de reyes, pero se me ha olvidado, lo he puesto estando ya horneados y los he metido un poquito más, de modo que... no se ha pegado.

Y lo más gordo: ni se me había pasado por la cabeza que este tipo de muffins (con yogur o cualquier otra crema a base de leche o huevo) con el calor que está haciendo por los Madriles podrían ponerse malos tan rápido. ¿Que con qué me refiero a malos? Pues básicamente a que me llevé uno para el descanso de un concierto en el Teatro Real, y después de habérmelo comido casi todo, miro el muffin y veo ¡moho! no mucho, ¡pero le estaba empezando a salir moho! Obviamente lo tiré, y por suerte al día siguiente no tuve que lamentar nada. ¡De todo se aprende! Aunque mejor por las buenas que por las malas.

Bueno, y como podéis ver en las fotos... están un poco pochos, pero precisamente es por eso que os he explicado de todo el agua que sueltan algunas frutas.


Fotos para abrir boca: