Tarta de requesón y limón


Últimamente, no sé por qué, tengo mono de tarta de queso a todas horas ¡y eso que hace unos pocos años ni me gustaba! Sin embargo, ahora se ha convertido en mi postre favorito... o casi, que la elección es condenadamente difícil.


La que más me gusta, la verdad, es la que suelo hacer habitualmente, pero como esta tarta de queso tiene que cuajar durante varias horas en el frigorífico y estaba con uno de esos ataques de ansiedad que dan de vez en cuando en periodo de examenes, me decanté por una receta más rápida y sencilla: esta deliciosa tarta de requesón y limón.

El estilo es muy similar al de la quesada pasiega pero algo más ligera, en parte por no llevar harina, y en parte también por el toque a limón, que siempre ayuda a hacer más livianas las recetas.

¡Por cierto! ¿La miel de las fotos? De Ucrania, del abuelo de Victor ;D

Con esta receta queda garantizado un resultado estupendo con muy poquito trabajo. ¡Vamos a ello!


Ingredientes:



- 500 gr de requesón

- 400 ml de nata para montar

- 5 huevos L

- 160 gr de azúcar

- 1 cucharadita de azúcar avainillado

- 50 gr de mantequilla

- La ralladura de un limón grande


Elaboración:



Empezamos por derretir la mantequilla en el microondas. Después la mezclamos con el resto de los ingredientes (todos) y batimos bien, hasta que no queden grumos.

Vertemos la masa en un molde previamente engrasado e introducimos la tarta en el horno precalentado a 190 ºC durante 1 h y 10-20 min. La dejamos enfriar completamente en el frigorífico y ¡listo!

Fácil, ¿eh?

Pequeños consejos:



Para empezar, si usáis un molde desmoldable, aseguraos de que cierra bastante bien, pues al no quedar la masa demasiado densa puede empezar a colarse por los bordes (si queréis ver lo que pasa no tenéis más que echar un vistazo a la entrada de la quesada pasiega).

Y a la hora de hornear, el tiempo es bastante orientativo, pues depende del horno y del diámetro del molde que hayamos usado. En cualquier caso, haced la prueba del palillo y en cuanto salga limpio estará listo. Eso sí, tened en cuenta que este tipo de tartas parece que no están del todo hechas al sacarlas del horno, pero es que tienen que enfriarse bien para que queden bien asentadas.


Al gusto:


La ralladura de limón no es imprescindible, de modo que podéis sustituirla por cualquier otro aroma como la naranja, canela...

Y para acompañar: mermelada, miel, nata montada... como más os guste.


Catástrofe de hoy:


¡Me temo que nada!


Fotos para abrir boca:





Brochetas de rape con langostinos


I'm back! Tengo la impresión de que últimamente lo único que digo es que he vuelto, pero... me temo que hay prioridades, y estudiar pues es una de ellas. Ojo, que echo muchísimo de menos escribir y... cocinar, que no sé ni cómo he podido sobrevivir estas últimas semanas; menos mal que tenía algunas recetas preparadas desde verano para poder contaros, porque aunque ya he vuelto a la rutina ha costado un poquito arrancar, la verdad.



Tenía muchísimas ganas de compartir estas brochetas de rape con langostinos con todos vosotros pero... Porque ¿cuándo las preparé...? ¡Anda que no hace! Creo que fue hacia finales de julio, que claro, había que aprovechar que estaba en casita con mis padres (y en Santoña) para comprar rape, porque con el precio que suele tener por los Madriles... no, gracias.

Es un plato que siempre pedíamos mi madre y yo cuando íbamos a comer al Conde de Álava, en Vitoria (que por cierto recomiendo) y al que le estaba yo dando vueltas casi desde la primera vez que lo probamos, pero visto lo visto, me ha costado decidirme. Eso sí, después de esta primera vez, llegamos a la conclusión de que había que prepararlo bastante más a menudo.

Ya sé que el rape no es apto para todos los bolsillos, pero oye, en alguna ocasión que lo merezca ¿por qué no? Es muy fácil y rápido de hacer, y como no podría ser de otra manera, tiene una presencia... ¡Vamos a ello!

Ingredientes (para 4):


- 1 cola de rape de 1/2 kg

- 16 langostinos hermosos

- 2 patatas grandes

- 2 tomates

- 4 dientes de ajo

- Aceite de oliva virgen

- Perejil

- Sal

Elaboración:


Para hacer las patatas:



Pelamos las patatas, las cortamos en rodajas de 1/2 cm de grosor y las freímos en abundante aceite, ya caliente. Cuando estén doraditas y bien hechas por dentro (habrá que ir probando de vez en cuando) las sacamos, las escurrimos en papel absorbente y les echamos sal.

Para hacer el rape y los langostinos:

Mientras se fríen las patatas, cortamos el rape en 12 cubos grandecicos, pelamos los langostinos y montamos las brochetas intercalándolos. Serán 3 cubos de rape y 4 langostinos por persona, y empezaremos y acabaremos las brochetas con los langostinos.

(langostino-rape-langostino-rape-langostino-rape-langostino)

Después las colocamos sobre una plancha bien caliente con un poco de aceite. Tardarán entre 5-10 minutos, dependiendo del grosor de las piezas y de lo bien que hacen contacto con la plancha, especialmente los langostinos.

Para hacer el ajo:

Un poco antes de tener listas las brochetas, cortamos los dientes de ajo en láminas y los doramos en unas 6 cucharadas de aceite, con cuidado de que no se quemen.

Para hacer los tomates:

También un poco antes de que estén hechas las brochetas, lavamos los tomates, los cortamos por la mitad (horizontalmente), y los hacemos en la plancha, un par de minutos por cada lado, después los espolvoreamos con sal y perejil.

Para emplatar:

Colocamos cada brocheta en un plato donde quepa entera, le echamos una pizca de sal y la espolvoreamos con perejil. Después la regamos con un poco de aceite con ajos, colocamos unas pocas patatas a un lado, medio tomate al otro y ¡listo!

Pequeños consejos:


Para que el rape y los langostinos se hagan de manera uniforme y sin que se pasen, una buena idea sería hacerlos por separado en la plancha y luego montar las brochetas.

En cuanto al tomate, podéis ponerlo desde el principio junto con el pescado, dependiendo de lo hecho que os guste.

Y en lo que a los ajos se refiere, tenéis dos opciones, o bien hacerlos en la sartén, a la antigua usanza, o en el microondas. Para hacerlos de la segunda manera, los colocáis junto con el aceite en un recipiente refractario (yo uso las jarritas éstas de Pyrex) y los hacéis un para de minutos a máxima potencia, después lo vais poniendo de medio en medio minuto hasta que cojan un colorcillo dorado. Es bastante más cómodo, y como no saltan no hace falta taparlos.

Al gusto:


Las patatas podéis ponerlas fritas en rodajas, como he hecho yo, en cubos, cocerlas, hacerlas puré e incluso colocar una patata asada al horno en cada plato, eso como prefiráis o según el tiempo de que dispongáis.

Y los tomates, pueden se unos cherry bien salteaditos en una sartén con un poco de aceite.

Catástrofe de hoy:


Que yo habría preferido hacer las patatas asadas, pero claro, una se entretiene en la hora del vermouth (yo soy más de caña, la verdad) y luego claro, con el hambre con que llegas a casa hay pocas ganas de esperar a que las patatas se hagan al horno. Ojo, que no es mejor ni peor, sólo una cuestión de apetencias.

Fotos para abrir boca: