Me inicio en "Las recetas de Arguiñane" con una receta fácil de pan integral. Siempre he sido un poco "rarita" para comer, así que hasta hace no mucho, siempre pan blanco, mejor de panes integrales ni hablar. Ahora, sin embargo, os invito a probar esta receta, a mí me encanta.
Huelga decir que los beneficios de la harina integral frente a la harina refinada son innumerables: más fibra, antioxidantes, minerales... Es ideal no sólo para cuidar el peso, sino también para combatir la diabetes y otras enfermedades. Dicho esto ¡comienzo con la receta!
Ingredientes (para una barra pequeña)
- 70 gr de harina integral
- 30 gr de harina de fuerza
- 3 gr de levadura fresca
- 2-3 gr de sal (depende de cuánto os guste)
- 60 gr de agua templada
Elaboración:
En primer lugar disolver la levadura en el agua tibia (os recomiendo utilizar sólo unos 40 gr de agua para este paso, y a medida que necesitéis ya iréis añadiendo a la masa).
A continuación, mezclar la sal con la harina y verter la levadura ya disuelta en agua. Comenzad mezclando con una espátula y no os olvidéis de tener a mano más agua tibia, os hará falta.
Cuando la masa deje de estar demasiado pringosa hay que pasar a amasar con las manos, y a medida que se necesite agua se añade pero poco a poco, con cuidado de no pasarse. Amasar durante cinco minutos aproximadamente hasta que se convierta en una bola húmeda pero nada pegajosa.
Llegados a este punto comienza el primer levado: se mete la masa en un bol enaceitado para que no se nos pegue, y se cubre con un trapo. Dejar reposar en una zona sin corrientes y a una temperatura de entre 20 y 30ºC, a ser posible.
Cuando haya doblado su volumen (1 h aproximadamente), hay que amasar un poco y darle la forma (yo la hago en plan barra). En esta ocasión se pone a levar el pan sobre una superficie enaceitada o enharinada y tapado con un trapo.
Si tenemos piedra de hornear, se mete ya al horno a 200ºC, si no, la bandeja del horno.
Cuando el pan haya doblado su volumen (otra hora, aproximadamente) hay que hacer lo siguiente (en este orden): enharinar nuestro pan, ponerlo encima de la piedra o la bandeja en el horno y hacerle una raja de arriba a abajo (profunda pero sin atravesar).
Antes de cerrar la puerta, humedeceremos las paredes del horno con agua (con un spray mejor, pero si no tenemos uno, un recipiente con agua al fondo del horno) y lo hornearemos unos 20 minutos, dependiendo de lo tostadito que os guste.
Pequeños consejos:
Si no disponéis de piedra de hornear y usáis la bandeja del horno, poned papel de hornear para evitar que se os pegue.
No os olvidéis de humedecer el horno, pues sino, la corteza se os quedará blanda.
La raja hacedla siempre una vez puesto el pan sobre la superficie en la que vais a hornearlo, de lo contrario se deshará al cambiar el pan de superficie.
Y por último, dejad enfriar sobre una rejilla.
Al gusto:
Podéis cambiar las proporciones de harina integral y refinada. A mí me gusta usar bastante harina integral, incluso más de la que he señalado en la receta. ¡Como queráis!
Y si queréis un pan más grande, mientras mantengáis las proporciones adecuadas todo irá estupendamente.
Catástrofe de hoy:
¡No soy tan desastre como Ane! Es broma. He hecho esta receta tantas veces y es tan sencilla que, en esta ocasión, no puedo señalar ninguna.