Lo cierto es que a veces cuesta un poco pensar en cómo preparar las legumbre de una manera distinta a la habitual: potajes, cocidos, potajes... y parece que no nos quedan más opciones, pero no podemos estar más equivocados. No tenemos más que darnos un paseo por la gastronomía árabe,: hummus, baba ganoush, faláfel... por poner un ejemplo.
Como llevaba un tiempo sin preparar alubias, he pensado en hacer un potaje que después ha pasado a ser una crema y al final unas albóndigas. Y pensando con qué acompañarlas y de primeras no he tirado más que de verduras, después he pensado en el toque de color con el maíz y por fin, en darles un toque un poco más dulce con los dátiles. Y como además no me apetecía añadir calorías innecesarias friéndolos, he pensado en sustituir el rebozado habitual por sésamo. Me he inspirado en la cocina árabe, se nota, ¿no?
Puede que den algo más de trabajo que un simple cocido de alubias, no voy a negarlo, pero viene bien innovar de vez en cuando y, además, están buenísimas, os lo aseguro; o mejor que lo haga Victor, que resultará un poco más creíble porque, ¿qué iba a decir yo?
Ingredientes:
Para las alubias:
- 150 gr de alubias blancas y rojas
- 1/2 cebolla
- 1 zanahoria
- 1 diente de ajo
- 1 hoja de laurel
- Especias: comino, romero y tomillo
- Sal
Para las albóndigas:
- 1 diente de ajo
- 1/2 lata de maíz
- 10 dátiles
- 50 gr de brócoli
- 50 gr de puerro
- 1 cebolla mediana
- 70 gr de sésamo
- Aceite de oliva virgen
- Sal
Elaboración:
Para preparar las alubias:
Ponemos las alubias en remojo la víspera.
Introducimos en una olla a presión todos los ingredientes para las alubias, cubrimos con agua hasta unos 3 dedos por encima de las alubias y cocinamos durante 20 minutos a contar desde que haya subido la pesa.
Las escurrimos reservando el líquido por si acaso, retiramos el laurel y machacamos todo con un prensa-patatas.
Picamos el ajo y la cebolla y los rehogamos en una sartén con un poco de aceite. Echamos una pizca de sal. Después picamos el puerro y el brócoli y los agregamos. Cuando esté todo bien pochado incorporamos los dátiles también picados y cocinamos 1 minuto más.
Mezclamos el contenido de la sartén con el puré de alubias y el maíz, y corregimos el punto de sal si es necesario.
Tostamos el sésamo en una sartén sin nada.
Cuando haya templado un poco para no quemarnos, con las manos húmedas elaboramos las albóndigas, las rebozamos en el sésamo hasta que queden bien cubiertas y ¡listo!
Pequeños consejos:
Las alubias no importa que se rompan, de hecho es mejor pasarse al hacerlas que quedarse cortos. ¿Por qué? Por dos motivos: el primero es que será mucho fácil machacarlas si están blanditas, y el segundo es que así son bastante más digestivas.
Si la crema queda demasiado seca añadís un poco del caldo de cocción que hemos reservado, y si por el contrario está demasiado suave, podéis agregar un poco de pan rallado.
Luego, para hacer las albóndigas, lo más cómodo es con las manos húmedas. Después de 2 ó 3 se volverán a pringar un poco, de modo que a lavarlas y a seguir.
Al gusto:
¡Ni se os ocurra prescindir de los dátiles o el sésamo! Y si lo hacéis, que sea para sustituirlos por frutas desecadas en el primer caso, y otros frutos secos en el segundo, pues son los ingredientes más especiales de este plato.
En cuanto a lo de usar alubias rojas y blancas no ha sido más que por enredar. Es cierto que cada una aporta una textura distinta, pero no importa lo más mínimo si no mezcláis.
Y para acompañar, os recomiendo una salsa de yogur con especias o de nata agria. El contraste entre las albóndigas calentitas y la salsa bien fría es espectacular. No os recomendaría la típica salsa de tomate o de piquillos, pues intenso sabor camuflaría el de las albóndigas de alubias.
Catástrofe de hoy:
Como tenía algo de prisa no podía esperar a que templara, aunque no tarda mucho, de modo que me he puesto a rebozar y... ¡quemaba un montón!
No hay comentarios:
Publicar un comentario