Tarta de manzana

Cumpleaños de mi padre = Tarta de manzana


Es su favorita, de modo que, como buena hija que soy, ya la tengo preparada en el frigorífico para la visita sorpresa que le voy a dar. La tarta me garantizará una entrada triunfal.



Ésta es una de las dos formas (muy distintas) que tengo de hacer la tarta de manzana: hojaldre, crema pastelera y manzana. La otra consiste en una base de hojaldre con relleno de manzana asada y crumble de nueces; ya la explicaré en otra ocasión, no os preocupéis.


Esta vez he hecho una versión reducida de la tarta puesto que me la llevo de viaje, pero aquí os pongo las cantidades necesarias para una tarta en condiciones. Y no os asustéis al tanto ingrediente y tanta parrafada, que es muy sencillo.






Ingredientes:


Base:

- 1 lámina de hojaldre o masa quebrada

Crema pastelera:

- 1l de leche (fresca mejor)
- 5 yemas
- 1 huevo entero
- 125gr de maicena
- 150gr de azúcar
- 1 cucharadita de azúcar avainillado
- 1 rama de canela
- La piel de un limón

Manzana:

- 3-4 manzanas reinetas (o golden)
- Un poco de mantequilla
- Una cucharada de azúcar
- Un poco de zumo de limón

Cobertura de mermelada:

- Mermelada de albaricoque
- 2 hojas de gelatina neutra

Elaboración:


Crema pastelera de canela para tarta de manzana


Empezamos por la base: extendemos el hojaldre sobre papel de hornear y lo pinchamos con un tenedor, dejando un margen de 2cm aproximadamente (un consejo más abajo). Le ponemos peso sobre la zona pinchada (garbanzos o alubias) y horneamos durante 10 minutos a 210ºC. Quitamos el peso y horneamos 5 minutos más.


Mientras tanto, vamos preparando la crema pastelera. Diluimos la maicena en un poco de leche (¡fría!). El resto de la leche la ponemos al fuego junto con la canela, la piel del limón y los dos tipos de azúcar. Batimos las yemas y el huevo y mezclamos con la maicena diluida. Cuando la leche ha empezado a hervir,Manzana cortada para tarta de manzana bajamos el fuego y le añadimos la mezcla anterior mientras removemos. Seguimos removiendo hasta que da el primer hervor y apartamos del fuego. Batimos con la batidora para asegurarnos de que no quedan grumos y rellenamos el hojaldre ya hecho. Hay que tener en cuenta, que al enfriarse espesará.


Por otro lado, pelamos, descorazonamos y laminamos las manzanas. Las rociamos con un poco de zumo de limón par que no se oxiden y luego las ponemos al fuego con la mantequilla fundida y una cucharada de azúcar hasta que se pochen un poco. Entonces colocamos las láminas de manzana sobre la crema pastelera cubriéndola por completo. Pintamos los bordes de hojaldre con huevo e introducimos en el horno a 180ºC unos 20 minutos más o hasta que la manzana esté bien hecha. Dejamos templar.


El toque final es darle ese brillo característico. ¿Cómo? Muy sencillo: diluimos unas cinco cucharadas de mermelada en un poco de agua, calentamos y agregamos las hojas de gelatina que habremos tenido en remojo en agua fría durante cinco minutos. (Esto último parece un copy-paste de la receta anterior ¿eh?) Cuando estén bien disueltas pintamos generosamente la manzana y rellenamos los huecos. La metemos al frigorífico hasta que cuaje la gelatina, se enfríe la tarta y ¡listo!


Pequeños consejos:


Lo que os quería comentar antes, es que si os gusta que tenga mucho relleno, lo mejor es utilizar un hojaldre circular y encajarlo en un molde para que las paredes queden más altas. Y también, puede que os interese variar la consistencia de la crema: si la queréis más espesa, la dejáis al fuego un rato más; si la queréis más ligera, añadís un poco más de leche o menos maicena y listo.


Por otra parte, hacer la manzana un poco, antes de meterla al horno, aparte de el toque caramelizado que le da la mantequilla, es para ahorrar tiempo, pues al horno tarda mucho más en hacerse.


¡Ah! Y al pelar el limón hay que procurar no llevarse la parte blanca, pues amarga.


Al gusto:

A mí me gusta acompañar esta tarta con helado de vainilla, por lo demás que trabaje vuestra imaginación o que piensen vuestros estómagos, pues para mí, así está perfecta.


Catástrofe de hoy:

Nada digno de mención, se siente... o no.


Fotos para abrir boca:


Esta es otra versión que he hecho de la tarta de manzana, pero la receta es exactamente la misma.



Fotos para abrir boca:


[gallery ids="1746,1747,1748"]

New York Cheesecake

Tiempo ha que llevo queriendo hacer tarta de queso, pero horneada, para variar. ¿Por qué no lo he hecho hasta ahora? Porque el recuerdo de mi primera tarta de queso no es muy grato: la hice horneada, o más bien lo intenté, pero no cuajó, de modo que acabamos comiendo una especie de crema de tarta de queso a cucharadas. Desde entonces siempre la he hecho de gelatina.


Sin embargo, ayer me levanté osada, fui al súper y me puse manos a la obra. Está muy buena, pero el sabor de esta tarta no es tan intenso como el de la otra. Cuestión de gustos.




 

Ingredientes:

Relleno:

- 4 huevos

- 2 tarrinas de queso Philadelphia

- 1 tarrina de queso mascarpone

- 5 cucharadas de azúcar

- 1 cucharadita de azúcar avainillado

- 200ml de nata líquida para postres

- 30gr de maicena

- Un poco de leche fría

Cobertura:

- Mermelada de frambuesa o arándanos

- 2 hojas de gelatina neutra

 

Elaboración:

Diluimos la maicena en la leche y mezclamos con el resto de los ingredientes. Batimos bien y vertemos en un molde desmoldable. Horneamos a 180ºC durante media hora, bajamos la temperatura a 160ºC y dejamos 15 minutos más, o hasta que el palillo salga limpio cuando pinchemos.


Diluimos 4-5 cucharadas de mermelada con un poco de agua y calentamos. Una vez caliente, agregamos las hojas de gelatina que habremos tenido en remojo en agua fría durante 5 minutos. Una vez disueltas, echamos sobre la tarta. Metemos al frigorífico hasta que la cobertura haya cuajado y la tarta esté bien fría y ¡listo!


Pequeños consejos:

Con esta tarta ocurre como con la quesada, que la superficie respira y se hincha en el horno dando la impresión de que no se ha hecho, pero no es así, de modo que no os asustéis.


Al gusto:

Es habitual hacer una base de galletas con mantequilla o masa quebrada, pero yo he prescindido de ella puesto que lo que más me gusta el la masa en sí, y si queréis darle un toque más americano, la mermelada que sea de arándanos, por supuesto.



Catástrofe de hoy:


¡Ninguna!

Txoripanes o bollos 'preñaos'

Para paliar mi larga ausencia os traigo otra receta más: lo que en mi tierra se conoce como txoripan y en el resto del mundo bollo 'preñao', pero que al fin y al cabo, ambos vienen a significar pan con chorizo dentro (y no es un bocata, no). ¿No se os hace la boca agua sólo de imaginarlo? Porque a mí sí.


Para quien ya haya hecho pan antes, esto no tendrá ningún misterio; para quien no, aquí lo explico de forma sencilla.




 

Ingredientes: 

- 1kg de harina de fuerza

- Agua templada

-1 chorretada generosa de aceite de oliva

- 3 cucharaditas de sal

- 25 gr de levadura fresca

- 2 docenas de chorizos oreados

Elaboración:

Empezamos por la masa de pan, claro. Sobre una superficie limpia o un bol hermoso tamizamos la harina, disolvemos la levadura y la sal en un poco de agua tibia y lo añadimos. Agregamos el aceite y vamos echando poco a poco agua, también tibia, mientras amasamos. Cuando vemos que podemos formar con la masa una bola que no se nos pega, seguimos amasando un rato más, la metemos en un bol tapada con un paño o papel film y la dejamos reposar en un lugar cálido y sin corrientes durante una hora u hora y media, hasta que doble el volumen.


Transcurrido ese tiempo, volvemos amasar y después vamos sacando pedazos de masa del tamaño de un puño, más o menos. Aplastamos, colocamos un chorizo en medio, envolvemos y amasamos hasta que quede la superficie lo más uniforme posible. Así con el resto de la masa y de los chorizos, hasta que se nos acaben una u otra cosa. Volvemos a dejarlos reposar durante casi una hora.


Veremos que la masa ha vuelto a crecer, entonces los horneamos a 210ºC durante 40 minutos o hasta que veamos que están hechos y doraditos. Si no es así, un golpe de grill y ¡listo!


Pequeños consejos:

Para que la masa repose al calor, lo que hago es dejarla metida en el horno a 50ºC y cuando toca el segundo amasado, si la cocina está algo fría, dejo una estufa encendida, para que el choque térmico no haga que baje la masa.


Por otra parte, durante el horneado suelo meter una fuente con algo de agua, para que no se seque el pan, y al sacarlos hay que taparlos bien con un paño (o varios) para que mantengan el calor y suden un poco.


Y el consejo más importante: si se puede, ¡comerlos recién horneados!


Al gusto:

Para empezar: si os parecen demasiado grandes lo txoripanes, siempre podéis cortar los chorizos por la mitad y hacer el doble, pero más pequeños.


Luego, algo que le va muy bien al pan es añadir un huevo por cada kilo de harina y/o también un poco de kefir.


Por último, si queréis darle ese brillo a la corteza, podéis pintarlos con huevo antes de hornear.


Y si sobra masa ¡a hacer pan!

Catástrofe de hoy:

Que corté los chorizos por la mitad y usé demasiada masa, de modo que casi había que buscar el chorizo dentro del pan; menos mal que el pan estaba bueno...


Y mis disculpas, pues tan ensimismada estaba cocinando que se me olvidó hacer fotos de proceso intermedio. Cuando vuelva a hacer txoripanes las incluiré.

Carolinas

¡Después de unas semanas algo ocupadas ¡por fin he encontrado tiempo para escribir!, porque el cocinar, por supuesto, no lo he abandonado.



Bueno, el caso es que esta Semana Santa, la he pasado con la familia, y he querido sorprender a mi abuelo con  el dulce que más le gusta: el merengue. Así pues, en menos de media hora (aunque no sin un pequeño accidente de por medio) ya tenía unas preciosas carolinas hechas que le encantaron, o al menos eso me dijo. Allá vamos:


Ingredientes:

- 8 tartaletas
- 1 yogur natural (yo he usado kefir)
- Mermelada de albaricoque (de fresa)
- 2 huevos
- 120gr de azúcar (son 60gr por cada clara)
- Chocolate para fundir

Elaboración:

Empezamos por mezclar la misma cantidad de yogur que de mermelada, y rellenamos las tartaletas (no hasta el borde, ojo). Por otra parte, montamos las claras con el azúcar a punto de nieve (abajo os doy un truquillo).


Ahora, con una manga pastelera (o en su defecto, una bolsa a la que le haremos un pequeño agujero en una esquina), vamos haciendo un "cono" encima de las tartaletas, prestando especial atención a que no queden  huecos de aire.


Después decoramos con las yemas el merengue e introducimos en el horno precalentado a unos 120ºC durante 20-30 minutos. Cuando se hayan templado terminamos de decorarlas con el chocolate fundido al baño maría. Dejamos enfriar y ¡listo!


Pequeños consejos:

Sólo uno, pero muy útil: para que no se nos bajen las claras, ayuda sobremanera calentar la mezcla previamente un poquito al fuego, eso sí, con cuidado de que no llegue a cuajar el huevo.


¡Ah! y si os quedáis cortos de tartaletas, como me ocurrió a mí, podéis hacer torrecitas de merengue sin ellas.


Al gusto:

La receta original de las carolinas siempre ha sido con mermelada del albaricoque, pero como se me había olvidado comprar usé una de fresa que tenía empezada y no quedó nada mal.


Catástrofe de hoy:

Al pintar una de las carolinas con el chocolate que tenía al baño maría, ¡se me cayó en el cazo de agua! Qué rabia dan esas cosas ¿verdad? Así que nada, una carolina menos.