Dicen que es recomendable comer legumbres unas tres veces a la semana, lo cual puede resultar algo repetitivo si sólo se nos ocurren las típicas lentejas y alubias con chorizo y los garbanzos del cocido, ¿verdad? Pues, el caso es que hay diversas maneras de prepararlas.
Mi intención era preparar unos garbanzos de vigilia (con espinacas y bacalao), pero me he acordado de los exquisitos pimientos de Lodosa que han estado aguardándome en la despensa durante meses, de modo que aquí tenéis el resultado final.
Ingredientes:
- 400 gr de garbanzos cocidos
- 250 gr de espinacas
- 200 gr de pimientos del piquillo
- 1/2 cebolla
- 3 dientes de ajo
- Aceite de oliva virgen
- Comino, pimentón, pimienta cayena y perejil
- Sal
Elaboración:
Picamos los dientes de ajo y los doramos en una cazuela con un poco de aceite de oliva. Añadimos la cebolla, también picada, y todas las especias excepto el perejil. Cuando esté pochada, incorporamos los pimientos cortados en tiras, y cuando hayan soltado bastante agua, las espinacas. Salamos y dejamos que se hagan a fuego lento durante 5 minutos y vayan soltando agua. Entonces añadimos los garbanzos y continuamos la cocción 10 minutos más. Corregimos el punto de sal y el picante, espolvoreamos con perejil y ¡listo!
Pequeños consejos:
Si añadimos las especias antes que la cebolla, hay que tener mucho cuidado de que no se nos quemen.
En cuanto a la cayena, no conviene excederse al principio, pues podemos habernos pasado y es difícil de arreglar. Es mejor echar un poco, y si nos gusta más picante, añadirlo al final.
Conviene cocinarlo a fuego lento para que no se evapore el agua y se quede algo caldoso.
Al gusto:
Como es lógico, el picante es opcional, igual que lo son el resto de las especias, pues podríamos usar cúrcuma, laurel... Los garbanzos están más ricos si los cocemos nosotros, pero hay que acordarse de ponerlos en remojo la víspera.
Pequeña catástrofe:
Creo que me he pasado un poco con el picante... pero sigo viva.