Estuve hace exactamente un año en un restaurante árabe de Madrid llamado 'La Cocina del Desierto', donde entre otras cosas, probé un delicioso pollo con higos y miel. Me gustó tanto que desde entonces lo he estado preparando de forma regular.
Sé que hay mucha gente reacia a eso de mezclar lo dulce con lo salado, pero en su mayoría se debe a prejuicios. De hecho, hasta hace relativamente poco, al sujeto de siempre le pasaba lo mismo, pero ya lo he adiestrado. ;D
Es un plato muy fácil de preparar y muy barato, cosa que se agradece en estos tiempos que corren. ¡Y está delicioso! Sí, sí, va por vosotros, los que estáis leyendo esto con cara de extrañeza.
Ingredientes:
- 1 kg de cuartos traseros de pollo (o muslos)
- 12 higos secos
- 2 cucharadas de miel
- 2 cebollas medianas
- 100 ml de vino blanco
- Aceite de oliva
- Sal
Elaboración:
Antes de empezar, tenemos que picar la mitad de los higos, cortar la otra mitad por la mitad (valga la redundancia) y ponerlos a hidratar cubriéndolos con una cantidad generosa de agua.
Ahora, cortamos en juliana las cebollas y las ponemos a pochar en una tartera de barro con un poco de aceite. Mientras tanto, le quitamos el exceso de grasa al pollo, le echamos sal y lo doramos en una sartén por ambos lados (sólo dorarlo). Después lo añadimos a la cazuela y lo regamos con el vino. Repartimos la miel por encima y agregamos los higos junto con el agua en que se han hidratado. Le damos la vuelta de vez en cuando para que se nos haga por ambos lados por igual y añadimos más agua cuando lo necesite. Lo cocinamos tapado durante una hora aproximadamente y ¡listo!
Pequeños consejos:
No es raro encontrarse con restos de plumas cuando compramos pollo, especialmente en los muslos, de modo que es conveniente quemarlos, ya sea con un soplete o con un mechero.
No debemos escatimar en aceite al principio, pues si no, no será raro que el pollo se nos quede pegado a la cazuela. Por lo mismo no debe quedarse sin agua en ningún momento.
Al final, no debe estar demasiado caldoso, ni tampoco seco, así que controladlo: añadid agua si falta y si sobra, cocinadlo un rato más hasta que reduzca.
Al gusto:
Lo higos no son los únicos frutos secos que podéis utilizar: orejones, pasas... Además, son bastante más fáciles de encontrar en estas fechas que durante el resto del año.
Y si os apetece darle un toque picante ¿por qué no? Podéis ponerle una guindilla al principio y acordaros de quitarla, o añadir pimienta negra.
Catástrofe de hoy:
He estado tan enfrascada frotando que se me ha olvidado sacar foto. Y es que se me ha olvidado ponerme el huevo temporizador y cuando me he acordado ya era un poco tarde: se me había pegado un poco a la cazuela. No ha sido grave, pues no afecta al sabor del pollo ni nada, pero no os podéis hacer idea de lo que cuesta limpiar algo así en una cazuela de barro: he tenido que utilizar la rasqueta de la vitro, no digo más.
[...] el café, el té, o algún que otro plato árabe, donde la miel es un habitual, como en el caso del pollo con higos y miel, pero como las cantidades no son demasiado significativas, aún conservamos bastantes [...]
ResponderEliminar[...] bien sabéis me encanta añadir un toque dulce a los platos (pollo con higos y miel, albóndigas de alubias con dátiles y sésamo…), y como últimamente compro toneladas y [...]
ResponderEliminarMuchas gracias por la receta. La voy a preparar éste fin de semana. Saludos desde la ciudad de México.
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